En muy pocas ocasiones comento mis fotos, creo que una buena foto debe hablar por sí sola, aunque no pretendo que mis fotos sean buenas, solo que cuenten algo de mí bajo mi propia conformidad. No busco seguir normas ni reglas, algo hay en cada ocasión que alguien debe adivinar, incluso yo mismo, pues no sé por qué, en muchas ocasiones, algo me gusta. Pero también es verdad que cada foto tiene su pequeña historia y, por qué no, contarla me satisface.
Esta hermosa calle, del barrio de San Juan, en Telde, la he recorrido miles de veces con la cabeza gacha, ensimismado, ajeno a todo lo que me rodea; solo de vez en cuando la mirada despierta y ve como la primera vez, sin memoria, y se centra en esas viejas fachadas que desprenden nostalgia, imperfectas en su belleza que descubre un duro contraluz de primera hora de la tarde, deslumbrando su espíritu la mirada ingenua; se unen en ella la posible tormenta que amenaza y el claro día que se impone. La casualidad; esta vez en la mochila llevaba compañía...