
Después del proceso de experimentación de la serie "transformación" anterior, me he acercado sensiblemente, a mi juicio, gracias a la destreza técnica adquirida en aquella experimentación aludida, a la realidad que yo veo y siento cuando algo me gusta de una escena. En este caso, y en las sucesivas fotos dedicadas a este maravilloso pueblo que es Fataga, comenzando por estas tomas del hotel rural "Molinos de Agua", intento acercarme a la realidad como si fuera mi ojo el que la ve, intento reproducir los detalles y sobre todo las relaciones de intensidad lumínica que tanto problemas crean en fotografía, pues el rango dinámico del ojo es muy superior al de la cámara y al del medio de monitoraje (en este caso la pantalla); además en este proceso se deja caer siempre una parte subjetiva importante porque se puede dar infinitas terminaciones, todas válidas; colores personalizados en pos de una realidad que queda en el recuerdo de la escena y que no pretende ser absolutamente fiel, y en algunas con un toque de "fantasía" muy tímido pero persistente.
No sé qué me impulsa a justificar o dejar constancia de cómo evoluciona este humilde trabajo que hago, quizás sirva para organizar mi propia factoría, o para generar debate de opiniones, o compartir...da igual, simplemente lo dejo.
P.D.: esta foto ha sido comentada y analizada en el blog de Sergio Eduardo Meza Concha, del cual soy seguidor y que recomiendo, lo que es un orgullo para mí. El enlace para el post está aquí.